Nutrición: las vitaminas, a tu servicio
Mamen Ruiz Puertas

Autor: AP
Tu aspecto es el resultado de cómo te alimentas. ¿No lo has hecho bien? Así puedes solucionarlo.
ALIMENTACIÓN DESEQUILIBRADA
Conseguir una apariencia más joven y un cuerpo perfecto no es sólo cuestión de arreglos de última hora, sino de mantener un estilo de vida sano. Planteátelo como un conjunto en el que no puede faltar una alimentación equilibrada, unos hábitos de estilo de vida saludables y una actividad física continuada. ¿A qué esperas para empezar?
Un aspecto atractivo no depende de las arrugas, sino de una armonía general. Y ésta se consigue uniendo varios frentes: el de la cosmética, como te hemos propuesto a lo largo de este especial de belleza, pero también el de la alimentación. Un cuerpo sano y que se mantenga en su peso adecuado sólo es posible a través de una nutrición inteligente, sin carencias ni excesos. No se trata de estar a dieta eternamente, sino de comer bien. Si hasta ahora no lo has hecho, te proponemos una serie de consejos que te permitirán reencauzar tu alimentación en tan sólo unas semanas.
• La primera semana, reduce el consumo de harinas refinadas y azúcar, que son responsables del envejecimiento de la piel hasta en un 50%, ya que cuando reaccionan con el colágeno se libera gran cantidad de radicales libres. Come sólo proteínas (carnes magras, pescado) y verduras, aderezadas con un chorrito de aceite de oliva.
• La segunda semana incorpora carnes más grasas (cerdo, vacuno, jamón ibérico...), pequeñas cantidades de hidratos de carbono, fibra (pasta y panes integrales) y frutas.
• La tercera semana puedes comer todo lo mencionado anteriormente e incluir un par de trocitos de chocolate negro al día o un poco de mermelada sobre la tostada integral.
• A partir de la cuarta semana, hay que estabilizar la alimentación: come de todo, con raciones suficientes de proteínas magras (que ayudan a eliminar grasa, pero evitan la flacidez) y raciones generosas de verduras y frutas (que sacian mientras aportan pocas calorías).
HAZ EJERCICIO
• La buena noticia es que el más completo es, además, tan sencillo que lo puedes incorporar a tu vida cotidiana: camina a paso firme. Hazlo al menos durante 60 minutos al día y redistribúyelos como mejor te convenga. Se trata, simplemente, de dejar aparcado el coche y poner a trabajar a tus piernas: sube y baja las escaleras, date una caminata cuando vayas a recoger a los niños al colegio, en definitiva, acércate andando a todas partes. Caminar a un ritmo normal (3–4 km/h) consume unas 200 calorías. Si subes el ritmo a 5–6 km/h, quemarás el doble, 400 calorías; y si logras alcanzar los 6–8 km/h, perderás 600. Y recuerda, con una hora de actividad física diaria durante seis meses le dirás adiós a ocho kilos y conseguirás un sistema circulatorio e inmunológico más sanos.
COME EN CONDICIONES
• Elige bien los alimentos de tu despensa. Cómpralos de temporada, que conservan su auténtico e intenso sabor natural, en lugar de platos preparados, que contienen conservantes y saborizantes artificiales, además de sal y grasa en exceso. “La experiencia es mucho más satisfactoria y nos ayuda a comer un poco menos”, explica Mireille Guiliano, autora del libro “Las francesas disfrutan todo el año... y no engordan” (Ed. Vergara).
• Siéntate a la mesa a comer. Sigue los consejos de toda la vida, que son los más efectivos porque están basados en el sentido común: apaga el televisor durante la comida, sírvete raciones pequeñas, no saques el pan hasta el segundo plato, espera a que todo el mundo esté servido para empezar, olvídate de las salsas y mastica siempre despacio y con mucha calma, porque el cerebro tarda 20 minutos en recibir la señal de saciedad.
• Redescubre el agua. Elige una mineral, rica en oligoelementos, potasio y calcio, además de baja en sodio, y conciénciate de que tienes que consumir entre uno y medio y dos litros cada día. Procura que no esté demasiado fría y, si te resulta demasiado aburrida, disfrázala añadiéndole una rodaja de limón, naranja o pomelo, o unas hojas de hierbabuena.
SABÍAS QUE...
• Los quesos duros –los de estilo gruyere y manchego– son los que más cantidad de materia grasa contienen: más de un 45%.
• Las zanahorias tienen un mayor índice glucémico cuando las hierves, así que crudas sacian mucho más y engordan menos.
• No dormir lo suficiente impide que el cuerpo metabolice bien los alimentos, así que descansa siempre tus ocho horas diarias.